domingo, 4 de octubre de 2009

Reflexiones sobre la primera sesión del curso

El viernes pasado empezó mi singladura particular en la Universidad Marie Curie-Skłodowskiej de la preciosa ciudad de Lublin. Fue con un grupo de primero de románicas que tiene el español como segunda o tercera lengua de estudio.

La primera apreciación que debo anotar es la sensación de sorpresa por el nivel de español que la mayoría tenían. Mis expectativas no se cumplieron: pensaba que tendrían un nivel completamente cero. No fue así: la mayoría de alumnos tenían algún conocimiento e, incluso, tres o cuatro de los 19 que conforman el grupo, se puede decir que ya tienen un nivel A1. Sin embargo, la programación del curso me inclinó a hacer una primera clase introductoria en la que expondría los saludos y despedidas básicas y cómo presentarse dando información personal, nombre y apellidos, edad, profesión y nacionalidad. La programación que planteé se me quedó corta a causa de superior nivel de los alumnos, es decir, ya conocían los contenidos.

No obstante, era lo que tenía que hacer. Tengo que decir que el grupo lo llevamos dos profesores, Ágata y yo; ella se encargará de la parte de gramática y de las habilidades receptivas y yo de las habilidades productivas: la expresión escrita y oral y la interacción oral. Por esta división presentar los contenidos clásicos de un primer día de clase para alumnos con conocimiento cero se hace una tarea compleja, que no difícil. Era cuestión de llevarlo todo desde la oralidad y no tener en cuenta los aspectos gramaticales que subyacen de los contenidos funcionales: singular y plural, las personas del verbo, la conjugación de los verbos, ser, tener y llamarse, etc. Intenté proponer ejemplos de uso desde el inicio, al saludar y despedirme varias veces con varios alumnos, por un lado, y expresar la información personal propia y haciendo que expresaran ellos la suya por el otro. Para que lo sistematizaran, preparé una serie de actividades que, vistos los resultados no les comportaron ningún problema. Estas actividades también me permitieron sondear cuáles van a ser las dificultades de ejecución por parte de unos alumnos con unas características bien definidas: son alumnos aplicados que están acostumbrados a que sea el profesor quien hable en clase, por lo que les cuesta mucho participar si el docente no se lo pide en clase abierta. Vamos camino de pensar en cómo llevar a cabo las interacciones orales entre estudiantes que, además de compartir una L1, se conocen y están acostumbrados entre ellos a hablar en polaco. Va a ser difícil poder hacer que solo hablen en español en clase. Yo puedo ir dando vueltas por el aula, pero la primera percepción que tuve fue la de que cuando me apartaba cambiaban en algún momento la lengua de comunicación. Ahora bien, al ser una práctica muy guiada, sí utilizaron el español bastante, algunos más que otros. Tengo que tener el oído muy fino y poder calibrar en su justa medida el uso del español en las interacciones, más que nada porque son actividades evaluables que se deben tener muy en cuenta. Vamos a ver cómo sale la segunda clase, el viernes que viene, en a que empezaremos a trabajar más en serio y con un mayor y mejor ritmo.

Una apreciación: la actividad número 3, reconstruir el diálogo, está mal planteada, porque existen varias posibilidades en la resolución del ejercicio. Problema de no fijarse y de no hacerla tú en casa. Esperemos que no vuelva a pasar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Jaume! Te escribo aqui porque tenemos problemas con tu correo electronico, es decir, no funciona y no se puede enviar los trabajos. Puedes enviarnos un mail para que lo tengamos?

nuestro correo: iberystyka1_umcs@o2.pl

Saludos
Adrian