miércoles, 21 de enero de 2009

PRIMERAS IMPRESIONES SOBRE LA CAPTURA DE BIBLIOGRAFÍA




Uno de los principales aspectos que se debe tener en cuenta ante el inicio de una investigación es la lectura de bibliografía. Muchas veces, sobre todo cuando se pretende trabajar un tema que no se conoce en profundidad, la búsqueda de referencias se hace imprescindible. Por eso, en los cronogramas de todo aprendiz de investigador la lectura de libros relacionados con el tema que se pretende trabajar se sitúa en primer lugar.

Equiparar las referencias bibliográficas de cualquier texto a las carpetas del sistema Windows es un clásico. Leemos un artículo, una reseña, un manual al uso… y nos fijamos en las referencias bibliográficas buscando, ingenuamente, aquello que nos proporcione luz sobre lo que pretendemos investigar. Ahora bien, ¿qué necesidad tenemos de “empaparnos” de lecturas relacionadas con los campos de investigación en los que nos pretendemos mover? Sin duda mi respuesta, aunque con claras impregnaciones de inexperiencia, es que las lecturas que hagamos nos deben servir para contextualizar los datos que obtengamos, darles valor y sustento teórico, pero lo siempre direccionando las lecturas hacia un objetivo que tiene que estar claro y definido.

En lo que a mi experiencia personal atañe, este primer mes de preparación de la memoria del máster, puedo asegurar que está siendo doloroso. Tal vez este calificativo sea un tanto exagerado y que las pulsiones que me mueven a utilizarlo sean más de carácter psicológico –uno no puede dejar de pensar y darle vueltas siempre al trabajo que intenta desempeñar- que no arbitrado por la distribución del tiempo para sacarle el máximo rendimiento. El problema radica, como he suscitado anteriormente, en la claridad de la búsqueda.

Es lógico pensar que la primeriza idea que uno tiene al plantearse una investigación esté mínimamente relacionada con sus conocimientos o sus experiencias anteriores, tanto teóricas como prácticas. Por lo tanto, la voluntad de indagar en un terreno determinado aparece de nuestro pasado. Ahora bien, ¿cuántas personas no han iniciado el mismo proceso indagatorio anteriormente?, ¿qué recurrencia ha tenido el tema que se quiere estudiar a lo largo de los tiempos pasados? Estas preguntas, que, a la par, su pierden en la inutilidad de su respuesta, aparecen en los primeros pasos de lecturas frágiles y tímidas. Es necesario destacar que, aunque se estén llevando estudios de caso, trabajos en los que el contexto cobre importancia o investigaciones que, bajo el amparo del paradigma cualitativo, tengan un valor diferenciador no debemos subestimar en ningún momento los trabajos anteriores realizados en el campo de la especialidad en que nos estemos moviendo. La lectura de bibliografía, por lo tanto, de hace esencial. ¿Skimming o scanning? Todo dependerá del tiempo que uno quiera, o pueda invertir. En cierto modo, no podemos dedicarnos toda la vida a lo que estamos haciendo, por lo que la lectura de textos deberá acompasarse con una necesidad previa de marcar los pasos a seguir para llegar al objetivo final en las fechas previstas. Nos vamos a encontrar títulos que sean más sugerentes que otros, artículos que, por su autor, meramente nos llamen la atención. Pero no todo lo que vamos a encontrarnos va a ser de nuestro interés con respecto al objetivo que perseguimos: la realización de una investigación determinada. Por lo tanto, la tendencia es a hacer lecturas rápidas, aunque, eso sí, no debemos olvidar de que si se encontrara algún aspecto que consideremos interesante necesitaríamos pararnos y trabajar el texto se la manera más adecuada posible. Incluso así, la bibliografía continuará siendo abundantísima.

Cuando se tratan cuestiones relativas al la enseñanza/aprendizaje uno siempre piensa en el inglés como L2/LE . No es de extrañar, pues, que tras ver la poca bibliografía en español que tenemos para determinados temas uno acuda a la lengua de Bukowski (también es su lengua, ¿no?; siempre con el sacudeperas…) para indagar en los estudios que se han realizado con anterioridad. Claro, como profesores de inglés solo hay en Inglaterra… la bibliografía a la que podríamos acudir se vuelve indigesta -en todos los sentidos del término que uno le quiera dar. Por lo tanto, HAY QUE ACOTAR.

Aunque en los inicios no dé la sensación de que la bibliografía es inabarcable, a la que te acercas un poquito más a ella te puedes llegar a dar cuenta de que hay, sí, muchos libros que siempre aparecen como referencias. Es un alivio empezar a tener la sensación de –de la misma manera a cuando éramos pequeños- tener ya algunos cromos leídos. Hay que tener siempre en cuenta, son embargo cuál es el objetivo que buscamos con las lecturas previas, que no debería ser muy distante al que se ha mencionado en las primeras líneas de este texto.

Así pues, búsqueda de un camino, trabajo adecuado con sentido temporal en el establecimiento de un cronograma sensato con las posibilidades de cada uno y una buena dosis de voluntad pueden hacer de la lectura de bibliografía una actividad que no nos proporcione la sensación angustiosa de ver que el tiempo pasa y no hacemos nada.

Un último apunte a esta reflexión que me gustaría compartir con todos vosotros, lectores (y, de paso, saber vuestra opinión): ante la enigmática frase “no encuentro nada” se me ocurren varias apreciaciones:
1ª ¿qué estás buscando?
2ª ¿Has probado en Google?
3ª Algo habrás encontrado, si no, no pondrías esa cara…
4ª No intentes buscar tu investigación, ¡todavía no la has escrito!
5ª ¡Ánimo! Recuerda que tienes un/a asesor/a de memoria a quien llorarle las penas (pero tampoco lo atosigues demasiado…).

Un poco de humor siempre es necesario.

3 comentarios:

Guillermo Gómez dijo...

Buenos consejos, Jaume. Yo me estoy metiendo en esa fase y me está costando horrores :-)
Ya te iré contando.

Héctor Ríos Santana dijo...

Ya te digo, Jaume

Por aquí estamos cortitos de tiempo y cada vez que me organizo para iniciar algun argumento, las ideas me sobrepasan y no hago más que darles vueltas y vueltas. Personalmente creo que la bibliografía va seguida durante todo el periodo de desarrollo de la memoria y, a medida que vamos concretando nuestro camino, ir llenándolo de más y más bibliografía. Desde aquí os mando a todos los lectores muchos ánimos y paciencia; piano, piano.

Un saludo

jaume dijo...

Gracias por vuestras palabras, compañeros. Muchas veces uno se siente solo al tgrabajar delante del ordenador, en este frígorífico de despacho que tengo.

Estoy contigno, Héctor, la lectura debe acompañar los otro pasos de elaboración de la memoria, la podemos utilizar para completar nuestra postura respecto a lo que estemos estudiando. Poc a poc i bona lletra (que diem aquí a Cat.) y llegaremos a nuestro objetivo...

Sigo con interés vuestras bitácoras, en vuestras construcciones encuentro fuentes de inspiración.