martes, 6 de enero de 2009

Castellano para extranjeros

Que el mundo del castellano para extranjeros cada vez tiene más importancia en nuestra sociedad nadie lo duda y, si no, lean el artículo que hoy, seis de enero de 2009, nos ofrece La Vanguardia, a todas luces interesantísimo (pueden acceder a él clicando sobre el título de esta entrada). José Bejarano, corresponsal del rotativo en Sevilla, resumen en unos cuantos números, qué implicaciones tiene el castellano para extranjeros -permítanme no utilzar el acuñado ELE, los motivos son obvios- en la sociedad por lo que respecta a la economía y al potencial laboral presente y futuro.

Hay datos que son reveladores y que dan mucho que pensar: Andalucía es la Comunidad Autónoma que más estudiantes recibe "debido a que se asocia España con Andalucía" -no hace falta preguntarse qué imagen se da del Estado al exterior: una mezcla de folklorismo y Alfonso X, de cuyo impulsador principal no quiero acordarme (y que no se me enfaden los compañeros sureños, que son muchos y maravillosos)-, un 26%. Ahora bien, como ya se había comentado en otra entrada en este blog, nuestro trabajo tiene una fuerte ligazón con los tejidos socioeconómicos más acuciantes. Me explico. Una de las cifras más reveladoras que nos aporta el artículo es aquella según la cual solo un 2% de los estudiantes lo hacen por motivos laborales, mientras que son el ocio y el turismo las razones por las cuales nuestros alumnos realizan un curso de castellano en tierras españolas. Dos lecturas se ponen encima de la mesa: una, que el potencial cultural español tiene mucho gancho -algo que no sorprende por la importancia histórica que ha tenido esta tierra- y, dos, que la tierra del vino continúa teniendo un aura especial para atraer a todo tipo de jóvenes hacia las discotecas, los bares y demás belenes del "buen vivir" -algo que tampoco sorprende dado el notable áfán de buscar la "alegría" que tienen los oriundos del lugar-.

Singularmente, el Instituto Cervantes ha tasado el castellano con un valor de "150.000 millones de euros, el 15% del PIB español", cifras que marean al mileurista que escribe estas líneas pero que nos dejan un pequeño hueco para la reflexión: ¿está la enseñanza del castellano como lengua no nativa lo suficientemente valorada por las instituciones gubernamentales? Llevar a cabo una enseñanza más que nunca a caballo entre la exigencia se aportar un trabajo dicente digno y los intereses económicos de unos pocos no es tarea fácil, más cuando la gran mayoría de esos 5.500 trabajadores que intentan vivir de ello parece ser que tienen convenios colectivos de risa y salarios que "no hace falta decir nada más". Desde el punto de vista de este "bloguero" se necesita una regulación óptima para que el número de empleados citados anteriormente sea el que en realidad corresponde a un sector que, como podemos leer en el artículo, conlleva un potencial de futuro prometedor. A lo largo de los años he visto cómo una gran cantidad de compañeros han decidido dejar este tipo de enseñanza simplemente por razones de seguridad laboral, argumentando que los salarios dejan mucho que desear; está claro que no podemos ser "camareros de chiringuito", trabajadores que se acercan más al temporero veraniego que no a un profesional de la enseñanza. ¿Para ello estamos cursando cursos de formación, posgrados y másteres? ¿Qué necesidad tienen las escuelas de contratar a profesionales cualificados en función de la previsión de beneficios que implica el concepto de empresa? Se necesita un cambio radical en la concepción laboral del profesor de CLE si se pretende que se lleven a cabo las expectativas de crecimiento que parecen indicarnos los datos del artículo.

Una última apreciación: parece ser que el futuro está en Brasil y en los Estados Unidos. Yo no diría lo mismo, sino más bien que el futuro del castellano está en Latinoamérica, por número de hablantes sobre todo. Es una discusión que ha venido a colación constantemente en los corrillos que, ya sea presencialmente o a través de la red, reflexionan sobre la realidad de nuestro mundo laboral. Desde el extranjero todavía se tiene la idea -nefasta e ilógica- de que el castellano europeo es el castellano correcto y el que se tiene que aprender. Nada más lejos de la realidad si tenemos en cuenta que el lenguaje es una herramienta de comunicación y que, en una visión un tanto radical, todas las formas con las que se expresa son igualmente correctas en función de que complan su objetivo: la comunicación. Sé que es imposible que las instituciones den a entender que el castellano de latinoamérica es tan apto como el europeo, dadas las cifras económicas que se mueven; pero si tuviéramos que ser honestos y francos con nosotros mismos, deberíamos potencial el conocimiento de la lengua -y, por ende, de todas las lenguas que fueran posibles, sin renunciar a ninguna- sea cual fuere la nacionalidad de los hablantes en cuestión.

Hay muchos aspectos, sobre todo sociales, que se escapan a esta reflexión. Se alargaría demasiado. Por ello, el debate sigue abierto: hay demasiados implicados que no están directamente liados al mundo del lenguaje con intereses muy dispares. tal vez, los números que maneja el artículo sean un tanto desorbitado, pero lo serán, seguro, siempre que todas aquellas personas que se mueven cerca de la enseñanza del casatellano para extrranjeros no se pongan de acuerdo y miren hacia el futuro con una sola voz.




3 comentarios:

Guillermo Gómez dijo...

Jaume:
Gracias por compartir este artículo y tu reflexión. El volumen de negocio que genera el castellano para extranjeros es impresionante y ya es hora de que las instituciones apliquen una política laboral más justa con los profesionales que se dedican a ello. Sobre todo con las expectativas de crecimiento de las que se habla. En mi universidad ha habido un crecimiento en número de alumnos increible. Nuestro departamento bate records este semestre.
Por otro lado, lo que comentas del español hispanoamericano, en mi opinión, es cierto. En la asignatura de Sociolingüística hablábamos sobre la variante culta y estándar del español. Yo creo que ya es hora de reivindicar las variantes hispanoamericanas, con un peso en hablantes y en expresiones artístico-culturales muchísimo mayor que la variante estándar peninsular.

jaume dijo...

Últimemente estoy reflexionando bastante en corrillos de barra de bar sobre el auge del ELE que estamos teniendo desde actualmente y, la verdad, es que es un momento de fuerte subida (solo hace falta ver la cantidad de másters que han proliferado en los últimos años). Pero, ¿no te da la sensación de que falta todavía hoy un séquito de revistas especializadas donde podamos dar cabida a todos estos trabajos que, a buen seguro, la gente está realizando con notable éxito, fortuna y, sobre todo, calidad investigadora? Sí, tenemos marcoele(que es fantástica) e, incluso, redele, donde puedes encontrar muchísima información, hasta en el campo de la ASL, que es lo mio actualmente, RAEL está muy, pero que muy bien... sin embargo, me da la sensación de uqe falta algo, no sé... foros de debate abiertos... lo que sea. Vaya, más conectivismo...

Un saludo muy fuerte desde Barcelona.
Jaume

Guillermo Gómez dijo...

La verdad es que estamos en un momento de auge increíble. El ejemplo de la cantidad de másters que proliferan como setas es el mejor, sin duda. Aquí en la Universidad de Deusto se sumaron tarde al carro de los másters de ELE y les ha pasado factura.

En cuanto a lo que comentas acerca de la falta de revistas especializadas, no sabría darte una opinión muy fundada, aunque sí que tengo la sensación de que hay pocos sitios donde publicar. Supongo que siempre nos quedará compartir lo que hagamos desde nuestros blogs y entrar en contacto con cada vez una red más amplia de compañeros para darle mayor difusión a nuestro trabajo y poder conocer el del resto.

Manténnos informados sobre tu memoria porque es un tema muy interesante.

un fuerte abrazo,
Guillermo