sábado, 15 de noviembre de 2008

Pedagogia del gest

Marta Castañer

Pedagogia del gest i missatge no verbal

Pagès editors, Lleida, 1996

Tesis doctoral de esta profesora de educación física y de danza, se sumerge en el mundo de la comunicación no verbal de forma muy académica y basando sus ideas en la bibliografía que aporta. Muy bien documentada, tal vez le haga falta un poco de “propiedad” de ideas en su trabajo, puesto que constantemente está citando a autores y parece que no haya ningún tipo de idea propia. Sin embargo es un gran trabajo para conocer y entender la comunicación no verbal bajo el paraguas de la pedagogía. Además, contiene una magnífica introducción donde se analizan conceptos básicos como son los que rodean a la semiótica y la semiología.

El primer capítulo está dedicado a la dimensión comunicativa de la gestualidad humana a partir de su concepción sistémica. Cómo nos comunicamos: Informamos, interactuamos y comunicamos. Establece una diferenciación entre comunicación analógica y comunicación digital: la primera es aquella en que hay una absoluta similitud entre la cosa a la que nos referimos i la manera –gesto, actitud, movimiento- como la representamos. La segunda es aquel tipo de comunicación típicamente verbal. La dimensión comunicativa de la gestualidad humana se puede dividir en tres tipos de dimensión: la introyectiva: que se da a partir de las capacidades de reflexión, autoconocimiento y autovaloración (reconocimiento del propio cuerpo); la extensiva: que se relaciona con la capacidad de manipular los objetos y el material que nos rodea (situación y interacción con el medio que le rodea del cuerpo), y la proyectiva: que nos da la capacidad de comunicación, de creación y de la posibilidad de expresar esta creación. Es un cuerpo adjetivado. El sistema inteligente humano se caracteriza dimensión evolutiva, ontogénica –evolución de nacimiento a muerte- y filogenética –cúmulo de evoluciones ontogenéticas (¿?) o acumulación de experiencias-. Todo esto se enmarca dentro de un desarrollo cognoscitivo en forma de espiral en el que intervienen por este orden: la sensación, la percepción, la cognición y el movimiento, para provocar otra vez una sensación. Corresponde a lo que Piaget denomina “crecimiento del intelecto”. Por otro lado, también existe la dimensión adaptativa, que está implícita en el macrosistema evolutivo. Los procesos de asimilación y adaptación intervienen en las acciones humanas, como es la gestualidad. Piaget se centra en los conceptos de acción, esquema, asimilación y acomodación. Martínez también considera la dimensión codificativa como la capacidad de procesar información.

El segundo capítulo profundiza en el concepto de cuerpo como vehículo de expresión. El cuerpo es una experiencia sensorial y perceptiva individual que se va constituyendo en objeto de elaboración y transmisión cultural (relación entre experiencia sensorial y intelecto socio-cultural). De aquí surge el concepto de técnicas del cuerpo, en una triple ordenación: biológica, psicológica y social determinantes en los hábitos del individuo. El cuerpo es imagen personal y social del individuo (que a la vez no deja de ser un concepto). Su conocimiento debe ser reconocido por el propio sujeto, que tiene significación gracias a la experiencia y la vivencia del propio cuerpo. La adjetivación del propio cuerpo se produce por la necesidad del niño en ponerlo en juego a partir del lenguaje de los otros (modelos de conducta), con lo que se llega al simbolismo y las funciones cognoscitivas. Aquí debemos tener en cuenta los elementos que configuran la dimensión socio-comunicativa del ser humano (véase figura en la página 49 del libro y su consiguiente explicación): imaginación en la intersección entre el mundo exterior y el interior. La expresión fruto de la combinación ente el mundo interior y el exterior del individuo. Así, se considera la expresión como el resultado visible de la actividad consciente que conjuga el mundo exterior con el interior.

El cuerpo es agente, autor y actor de la conducta. Es presente siempre, y en esta escena, debemos adoptar una identidad o rol determinado: identidades personal, social e ideal que cada uno tiene interiorizadas. La expresión, el gesto, por lo tanto, está motivado por nuestra conducta socio-afectiva, se convierte en un lenguaje corporal arbitrario, una manifestación de la cultura. Así, y según Morris, podemos distinguir entre acciones (movimientos corporales como nadar, caminar…) y gestos: incidentales (sin una clara intencionalidad comunicativa) e intencionales (explícitamente comunicativos). En este tema en cuestión hay muchos trabajos realizados, los más importantes de éstos están comentados aquí. Si de momento se ha comentado el gesto según su cualidad de manifestación de un comportamiento filogenético humano (es decir, propio y arbitrario), ahora nos introducimos en la gestualidad en su dimensión sociocultural. Existe una marcada diferenciación idiomática intercultural. Sin embargo, en la manifestación de las emociones hay una cierta convencionalidad intercultural. Los gestos son el movimiento que más se identifica con el habla verbal, hasta el punto de ser imprescindible. Es interesante observar la evolución que hace el niño en cuanto a la cantidad de gestos que efectúa en función de la edad. Además, el gesto es un traductor de emociones. La mano es la parte del cuerpo que más utilizamos, la más importante. Tiene tres funciones: instrumental, expresiva y relacional. La profesora Castañer también hace especial mención al mimetismo, importante puesto que, en lo que nos atañe, el educando imita al educador.

La tercera parte está dedicada a aproximarnos a algunas aportaciones de orden semiótico para después desarrollar más elementos de análisis del comportamiento cinésico-gestual, entendido como material lingüístico de comunicación. Entramos en la cuestión del discurso docente. El lenguaje gestual se puede entender como un sistema semiótico. Para ello se analiza el concepto básico de la semiología: el signo. El cuadro que aparece resume lo que Eco entiende por signos, entre los que se encuentran los signos de tipo no verbal. Castañer nos argumenta qué características tiene el lenguaje gestual desde el punto de vista de la comunicación, qué relación tiene con la cultura y qué función simbólica desarrolla. El discurso es expresivo y de naturaleza sistémica. Después de introducirnos en el discurso docente, se analizan la acción, el gesto y el currículum como diferentes aspectos susceptibles para un análisis semiótico. Es interesante la reseña de las tesis de diferentes estudiosos que aporta. Por último analiza el currículum en su proceso hacia el acto didáctico como una cuestión de estilo.

El cuarto capítulo nos introduce de lleno en el estudio del comportamiento cinésico dentro del microámbito del estudio del comportamiento no verbal. Es en este capítulo donde se analiza en profundidad el mensaje no verbal, del uso de lo no verbal; las características de la percepción sensorial (véase la reproducción del cuadro de Poyatos en la página 120) a partir de los diferentes canales. Se analiza el sistema de comunicación interpersonal, cinésica, proxémica y cronémica son los tres conceptos más importantes que se analizan en profundidad.

El quinto capítulo analiza la figura del educador como fuente de emisión del discurso pedagógico. Con una breve referencia a las aportaciones más interesantes de algunos estudios relacionados con el tema.

El epílogo final incita a que el educador tenga mucho más en cuenta todos los aspectos de la comunicación no verbal en el momento de ejecutar su trabajo.

Pedagogia del text pretende ser un libro de carácter cientificista. Al ser una tesis doctoral su estilo es muy particular. El lenguaje es muy técnico, es el utilizado por los teóricos en los que se basa. Se necesita una lectura atenta para seguir la explicación. Ésta es densa, porque, para llegar a donde quiere, necesita analizar muchos aspectos de difícil asimilación. Una de las virtudes del trabajo es la buena lectura que la autora hace de la bibliografía y le da un orden difícil de establecer a priori. La sistematización que hace de los contenidos, muy técnica, es clarividente, pero se debe estar atento para llegar a la comprensión si uno no está acostumbrado a esos conceptos. Es un libro para estudiar con calma, los conceptos sientan unas buenas bases para entender la comunicación no verbal, con referencias a los estudios más importantes.

Además, es una guía muy útil para desarrollar comportamientos efectivos en el aula, aunque no se refiera al aula de ELE. La parte que trata al educador tal vez sea muy escueta, sería más importante realizar un análisis más pormenorizado. En cambio, la parte en la que se sientan las bases teóricas es muy larga y densa y la segunda parte, que es el núcleo del estudio, queda, para mi gusto, un poco incompleta. Además, y como se ha dicho anteriormente, las referencias son constantes; esto tiene una lectura positiva y una negativa: nos da pie a poder tener una clara referencia bibliográfica, pero no aparece ninguna aportación personal de la autora.
Por último, matizar que esta obra es atractiva por observar con riguroso detenimiento cuáles son las bases en las que se fundamentan los estudios sobre comunicación no verbal.

suspenso en expresión oral

Aunque nuestro ámbito específico de actuación sea el de LE, no está de más siempre mirar hacia lo que tenemos en casa sobre adquisición y competencia en aspectos lingüísticos.
La Vanguardia publica hoy una noticia que me ha hecho beber el café de la mañana en un santiamén. Os inserto el link aquí, ya que no podréis acceder a partir de un enlace url: http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20081115/53579527122/educadores-y-empleadores-detectan-carencias-de-lexico-y-comunicacion-oral-en-los-jovenes.html

Se trata de un artículo en el que -basándose, supongo, en algún tipo de estudio cualitativo -se dice que no hay estudios empíricos- se analiza por qué los estudiantes españoles y, en concreto, catalanes, no adquieren la suficiente competencia en expresión oral y, de pasada, escrita (Cassany)y qué medidas se deberían adoptar para su mejora. Ahora bien, ¿trabajamos, en nuestro ámbito docente, suficientemente la expresión oral? ¿Le damos la importancia que se merece? Parece ser que el problema va mucho más allá de nuestras capacidades y posibilidades, es un problema de exigencia social, ya que, como comenta Cassany, se exige a los alumnos que adquieran una serie de competencias que ni se incluyen en los currículos ni se fomentan desde las propias microsociedades en las que crecen los alumnos (las familias); todo ello pone en duda la campaña publicitaria iniciada por las autoridades que, a través de los medios de comunicación, fomentaban la lectura de todos los integrantes del seno familiar para potenciar la lectura entre los más pequeños ¿Y luego discriminan la literatura a "María" (Sotelo) en los currículos? Desde mi punto de vista, esta es una de tantas incongruencias con las que vivimos actualmente.

A todo ello, los comentarios de Adolfo Sotelo (UB) parecen muy acertados: más literatura, por favor.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

los aprendientes de ele como analistas del discurso

Aquí tenemos una presentación de Olga Esteve en un encuentro práctico de hace unos años. Ciertamente parece interesante romper con la idea de monolingüísmo en el aula.

pensando por dónde hincar el diente

Propuesta de memoria

La investigación que quiero llevar a cabo versa sobre la relación que subyace entre las interacciones orales conversacionales y la transferencia lingüística en contextos en los que los estudiantes no comparten una L1. Mi intención es descubrir si las interacciones entre estudiantes, en actividades que propicien una negociación de significado y que no estén guiadas por el profesor de manera determinada.
En el contexto educativo en el que me muevo cada vez más tenemos alumnos de orígenes más diversos –por no decir en la enseñanza de ELE a inmigrantes-, aspecto que actualmente está llevando a realizar cursos específicos de estudiantes que compartan una L1. Mi intención es poder descubrir si esta es una opción válida de aprendizaje o si los grupos multiculturales son más eficaces para la adquisición de la lengua y para quien. A modo de ejemplo, presento mi actual grupo-clase, formado por una norteamericana, dos turcas, una húngara, un chino, un coreano y una danesa. Al no compartir una lengua en común, aunque todos más o menos dominan el inglés –al estudiante chino apenas lo habla pero sí lo conoce-, en las interacciones que mantienen entre ellos se producen transferencia lingüísticas que pueden ser tanto positivas como negativas. Un ejemplo: justamente hoy, en una interacción entre una chica turca y el estudiante chino la chica ha utilizado la palabra documentario desconocida por su interlocutor. Al preguntarle qué significaba esta palabra Merve, que así se llama la chica, se la ha explicado. ¿Es posible que su interlocutor haya aceptado el término como “español” y que posteriormente lo adquiera y lo utilice?

Una apreciación, la rae [fecha de consulta, 12 de noviembre de 2008] acepta el término, utilizado en América, pero solo en su primera acepción, no en la segunda, cuyo significado era el utilizado por la estudiante.

Veremos qué sale de todo ello, porque todavía me falta mucha bibliografía por leer para comprobar qué dicen otros investigadores.

lunes, 10 de noviembre de 2008

La adquisición del español como lengua extranjera

Marta Baralo

La adquisición del español como lengua extranjera
Arcolibros, Madrid, 2004

Hoy en día, en este mundo globalizado en que vivimos, es difícil encontrar sintetizaciones de temas complejos y densos; sin embargo, Marta Baralo nos ofrece en pocas páginas un magnífico resumen sobre lo que hay que saber en cuanto a la teoría de la adquisición del lenguaje, no centrándose tanto en la lengua española como su título podría hacer entender.

Es el caso de esta libro, que, en cuestión de 70 páginas, podemos encontrar la información básica acerca de la adquisición de lenguas: tanto la lengua materna, con una explicación de las diferentes teorías, como una lengua extranjera; se nos ofrece una magnífica distinción entre las diferentes adquisiciones, con exposiciones muy interesantes. Se rompen tópicos sobre la facilidad relativa de los niños para adquirir lenguas, y se centra en el correoso asunto de la motivación como pilar fundamental para el aprendizaje.

Además, se comenta bastante prolijamente la cuestión de la Interlengua, su importancia para el aprendizaje y para la función del profesor en el momento de planificar la presentación de la metodología. Se relaciona con el ‘error’, cambiando la manera de entender éste, ahora visto positivamente. La Interlengua surge de la “mezcla” entre LM y LE y da pie al surgimiento del concepto de fosilización. Sobre esto se nos da una primera bibliografía (en 1999, actualmente es de suponer que habrán más estudios realizados).

Por último, se repasan las diferentes didácticas sobre la adquisición de lenguas extranjeras y los diferentes modelos de aprendizaje que imperan.
Realmente es este un pequeño cuaderno muy útil para conocer a grandes rasgos los grandes temas relativos a la adquisición del lenguaje, pero tiene el problema de su antigüedad, porque, al tener una primera edición de 1999, queda un poco lejos en un campo lingüístico que ha evolucionado mucho en poco tiempo, sobre todo en estudios de interlengua que, con la Unión Europea como impulsora, están creciendo.
Finalmente, cabe señalar que con relación a la pedagogía y los materiales utilizables únicamente se destaca por señalar que los estudios de interlengua pueden servir a los profesores a poder tener en cuenta la lengua materna del alumno; así mismo, se confeccionan libros particulares de L2 para un grupo lingüístico específico, cosa que, por otro lado, se ha hecho siempre. También es destacable la reflexión sobre el error, ya que es el profesor el verdadero juicio sobre el no aprendizaje: si pensamos que el error debe desaparecer de una clase de lengua, frenamos el aprendizaje del alumno en algunas producciones determinantes (como por ejemplo una expresión oral). El error debe ser tolerado en su justa medida en cuanto a, por ejemplo, la producción escrita porque, al tenerlo en un papel, el alumno puede fijarse y reflexionar. En todo caso la corrección es un aspecto que siempre puede cambiar de un profesor a otro y de un alumno a otro. Depende también del tipo de ejercicio: +/- precisión, prácticas o destrezas, nivel, objetivos del curso, etc.

¿debemos quedarnos igual?

19 de septiembre de 2008

Es viernes. Ya estoy instalado en mi nueva guarida. Me iba a poner a trabajar sobre el portafolio pero he preferido grabarle al Joan los CDs de Simple Minds que hacía tiempo quería grabarle. Soy un nostálgico.

La verdad es que quería trabajar un poquito en la elaboración del portafolio. ¿Realmente hay gente que lleva a cabo uno? Para mí, será muy importante seguir escribiendo un diario personal. Antes ya lo había hecho, pero con lo que estoy aprendiendo ahora, el que haga en el futuro creo que será mucho más provechoso. Bueno... lo haré siempre y cuando el sueldo lo merezca, claro. Porque cada día estoy más convencido de que un día de estos habrá una revolución en nuestro sector. Ya está bien de que, porque hay cuarenta millones de potenciales profesores de español se nos ningunee de esta manera. Y no solo hablo por mí, sino por todos los que se quieren dedicar a esto y tienen que cambiar de trabajo porque el sueldo no les llega para pagar la hipoteca. Es una lástima que, para ser reconocidos como profesionales debamos marchar fuera de nuestros lugares de origen, de nuestras casas y de nuestro entorno familiar. Al menos es lo que tengo yo ahora en la cabeza.

El problema radica en lo dicho. Yo no sé si las escuelas de E/LE en España tienen un beneficio lo suficientemente amplio como para pagarnos el salario de... ¿un profesor de secundaria? No creo que sea mucho pedir, a cambio podríamos llevar a cabo una labor educativa no solo en lo que se refiere a la enseñanza de la lengua, sino también a aspectos tales como el desarrollo de potenciales trabajos dedicados a la integración social de tantos nuevos vecinos como hemos tenido a lo largo de estos últimos años; aunque, a decir verdad, de las palabras del ministro Corbacho se desprende que el flujo migratorio tiene las horas contadas. Dios dirá.

¿Y por qué no podemos tener el salario de un profesor de secundaria? La razón puede estar en la carga de responsabilidad de llevar a cabo la educación de una generación que, después, nos tendrá que pagar la jubilación. Sin embargo, la potencialización del español como lengua extranjera podría derivar en una mejora en la imagen del español en el mundo. No solo me refiero a aquellos aspectos que tanto nos acercan al estereotipo y están matado lugares como Barcelona, postal de lo que fue y podría ser. No, no me refiero a esto. Pienso que si se potenciara la difusión del español por el mundo, principal motivo por el cual se creó el Instituto Cervantes, podría ser muy beneficiosa desde el punto de vista económico. Claro está, esto debería haber ido o, al menos, ir acompañado de una voluntad por parte de la administración de potenciar el I + D, es decir, potenciar la economía basada en la investigación y el desarrollo. Vamos tarde pero aún estamos a tiempo. Total, esto debe ser el futuro y no otra cosa. El dinero vestido de ladrillo ha hecho mucho daño en todo el mundo, especialmente aquí.

Con esto, lo que quiero decir es que si los profesores de Español como Lengua Extranjera fueran reconocidos, al menos, como profesores nuestro trabajo obtendría un estatus profesional–y no vinculado al turismo de masas ni al monitor de aeróbic-, por lo que el nivel de calidad del profesorado se vería aumentado. Además, todo esto debería ir acompañado de la voluntad de potenciar la profesión por parte de la administración, ahora por ahora centrada en que el Instituto Cervantes de convierta en la escuela de E/LE más importante del mundo, aunque sus estatutos de lo prohiban (han abierto escuelas de verano en algunos lugares, si mal no recuerdo ¿sin ánimo de lucro?). Lo que está claro es que al dar pie a que la empresa privada moje pan en la nueva situación económica de relaciones internacionales y necesidad de aprendizaje de lenguas, al menos aquí en España abrió, ya desde hace tiempo, el tarro de las esencias para llevar a cabo el máximo beneficio posible en detrimento de la calidad educativa, claro está excepto algunas escuelas que, por prestigio, no se pueden llevar, al menos en apariencia, una imagen tan pobre como para contratar recién licenciados en Filología Hispánica y decir que son especialistas... ¿de qué? Claro que si miramos al exterior... eres nativo eres profesor; al menos aquí te exigen un título universitario, que ya es algo.

preocupaciones

15 de agosto de 2008

Diversas preocupaciones, algunas de ellas derivadas de las lecturas que, aleatoriamente, voy realizando.

Primera: el concepto de gramática cognitiva. Uno ya hace unos cuantos años que acabó la facultad, pero menos que se dedica a la docancia de ELE. Pues... qué grande es que se vayan descubriendo nuevas maneras de entender la lengua y, más aún, qué grande es el hecho de querer y poder llegar a estos conocimientos. Desde hace algo más de un mes, tras la afluencia de pequeños-grandes colegas de profesión, la gramática cognitiva ha adquirido en mi cacumen un cierto sabor a fruta prohibida: una tentación de la que no puedo dejar de pensar. Cayó en mis manos, por mera casualidad económica, pues el libro era barato, la pequeña obra de López García, Gramática cognitiva para profesores de español L/2 (Arcolibros, 2005) y, carai, que mundo se me abría ante mí. Después de leer el volumen con cierto interés uno se puso a rastrear en la red y se dio cuenta de que las charlas que habíamos tenido un mes antes y algunas pesquisas académicas previas tomaban cuerpo y, aunque con un empaque hacia lo gráfico y visual que, personalmente, no llega a convencerme del todo, adquirían una consolidación reveladora. He de decir que todavía me falta mucho por conocer aprender y aprehender, pero ciertamente deberíamos todos los que nos dedicamos a la docencia de ELE echarle un vistazo, al menos por curiosidad, a este libro, por no decir, claro está, a la entrevista a Ruiz Campillo en marcoele, o al texto de su compañero Castañeda en redele, verdaderamente interesantes. Sin duda, la gramática cognitiva, fruto de una simbiosis de forma y significado a partir de una concepción semántica de las estructuras, puede y debe cambiar los patrones de la explicación grámatical en el campo de las segundas lenguas (de hecho, ya se está realizando esta transformación). Sin embargo, esta adopción de nuevos parámetros, aunque ya se haya producido en algunos manuales, debe plantearse en la multitud de libros de texto que circulan por el mercado, entre algunos de los cuales, sobre todo fuera de España, todavía perviven concepciones didácticas, metodológicas y, claro está, gramaticales que ya están superadas.

Estas son solo primeras impresiones, escritas "a la virulé", que únicamente muestran la punta del iceberg. Quien escribe estas líneas no puede más que decir que es un novato en la materia y que, por curiosidad, responabilidad profesional o, simplemente, por "frikismo", indagará en cuanto pueda en la materia; no cabe la menor duda de que el cambio conceptual de la gramática se está produciendo, aunque seguro que queda mucho por hacer.

Segunda preocupación: no sé si soy edupop o edupunk. Aunque me da la sensación de que todavía son conceptos en fase de construcción: la idea de Groom parece ser demasiado ortodoxa y, como dicen en NodosEle, la tecnología forma parte del ser humano: como tal, no se debe despreciar. ¿El control por parte de las grandes corporaciones industriales de la tecnología existe? ¿y qué? Aunque, si bien es verdad, la idea de que Internet permita que el libre conocimiento llegue allá donde llegue la red y que los individuos puedan y deban ser libres para hacer con ella lo que quieran es un poco peliaguda en algunos lugares, como por ejemplo en China, país en el que muchos contenidos Google, por un contrato con el régimen de este país, no permite acceder

Hay que matizarlo todo mucho, cosa que yo no estoy haciendo aquí. no son más que palabras.

Introducción a la pragmática

Mª Victoria Escandell

Introducción a la pragmática

Ariel lingüística, Barcelona, 2006


La profesora Escandell nos ofrece una visión crítica y amplia de lo que es la pragmática. En la presentación ya se hace patente la difícil definición del término, el cual abarca mucho más de lo que normalmente se entiende por pragmática, una rama de la lingüística en constante evolución y que ha producido una muy amplia bibliografía.

Son cuatro las partes que conforman este libro. En la primera, a modo de introducción, se presenta “una visión panorámica del terreno, una justificación de la importancia de los estudios pragmáticos y un primer acercamiento a los conceptos fundamentales”. Son los capítulos 1 y 2. El primero discute qué es la pragmática la relación que tiene con las otras ramas de la lingüística como la sintaxis. En el segundo, se describen los conceptos básicos (emisor, destinatario, enunciado, entorno…). También los componentes relacionales que subyacen en la comunicación entre emisor y destinatario y el significado semántico y su interpretación tienen un hueco aquí. Son aspectos que se deben tener en cuenta para poder después llegar a interpretar correctamente otros contenidos. Es una parte teórica muy interesante por ser una manera muy válida de entender el acto comunicativo.

La segunda parte, capítulos 3 a 8, “ofrece los hitos más importantes del desarrollo de la pragmática un los últimos treinta años”. Son cinco capítulos cada uno, menos el ocho, dedicado a una serie de autores que con sus teorías han desarrollado la pragmática. Austin, no un lingüista, sino que era filósofo del lenguaje, es la base de la disciplina. Revaloriza el lenguaje corriente cuando siempre había sido el lenguaje “culto” o escrito el que era material analizable. Se posiciona en contra de entender un mensaje como verdadero o falso, distingue entre oración y enunciado. Desarrolla la idea de la falacia descriptiva (el lenguaje no es solo descriptivo). Y a partir de aquí, desarrolla la teoría de los enunciados realizativos: oraciones declarativas, en primera persona del singular, que tiene sentido y no puede calificarse ni como verdadera ni como falsa. Se oponen a los enunciados contrastivos, que sí describen cosas. Los enunciados realizativos pueden ser, pero, inadecuados, por lo que Austin desarrolla la teoría de los infortunios. Sin embargo, la teoría de enunciados realizativos tiene algunos problemas: Austin elabora la tricotomía de acto locutivo (decir algo)/ilocutivo (acto que de realiza al decir algo)/perlocutivo (acto que se realiza por haber dicho algo) para romper la tendencia a interpretar todos los enunciados como realizativos.

El capítulo cuarto de dedica a Searle y su teoría de los actos de habla. El lenguaje son reglas, pero también actitudes. Estas son un “código interno” –otras reglas- no formales, principios reguladores del lenguaje, condiciones que deben darse en circunstancias de emisión para poder realizar con éxito un determinado tipo de acto. Fuerza ilocutiva y fuerza lingüística se relacionan en los actos de habla de manera regular y constante Según esto, no habría distinción entre semántica y pragmática. Para Searle un enunciado puede ser de tres tipos diferentes: acto de emisión, acto proposicional y acto ilocutivo y el significado de cualquier oración tendrá dos partes: indicador proposicional e indicador de fuerza ilocutiva. Todos estos conceptos se ejemplifican para aclarecerlos. Años después de que Searle expusiera sus teorías, éstas se adaptaron radicalmente en la hipótesis realizativa. Se identifica “la parte no proposicional del significado de la oración con el acto que el habla realiza al emitirla”. La “fuerza ilocutiva” se considera parte del significado profundo de la oración.

Por otro lado, el modelo de Searle distingue entre cuatro condiciones que gobiernan la adecuación de los enunciados. Condiciones de contenido proposicional, preparatorias, de sinceridad y esenciales. También hay que tener en cuenta el problema de los actos de habla indirectos.

Por último, destacar que es muy interesante que las críticas a la teoría tengan un apartado especial al final del capítulo.

El capítulo 5 está dedicado a Grice y el principio de cooperación. Este autor se centra en los principios que regulan la interpretación de los enunciados. Su modelo identifica y caracteriza “cuáles son los mecanismos que regulan el intercambio comunicativo y son los responsables de ese <>”. El principio de colaboración (Haga que su contribución a la conversación sea, en cada momento, la requerida por el propósito o la dirección del intercambio comunicativo en el que usted está involucrado) y las máximas (cantidad, cualidad, relación y modalidad) son sus teorías. Grice diferencia entre lo que se dice y lo que se comunica: las implicaturas. Hay implicaturas conversacionales y no conversacionales. A lo largo del capítulo se van analizando las diferentes implicaturas y las relaciones con el resto de la teoría (características, relaciones con las máximas y con el contexto).
Anscombre y Ducrot y la teoría de la argumentación ocupan el sexto capítulo. Esta teoría tiene que ver con “los principios que determinan la adecuación de los enunciados con respecto al contexto lingüístico en que aparecen”. Representa un enfoque interno y discursivo. En el discurso se encadenan enunciados, uno de estos encadenamientos es la argumentación (“dar razones a favor de una conclusión”). Hay dos tipos de argumentación: la lógica y la discursiva. Y también hay escalas argumentativas. Esta teoría se ejemplifica analiza con muchos ejemplos y es ligeramente complejo seguirla.

El capítulo siete es el de Sperber y Wilson y la teoría de la relevancia. “La idea básica de este modelo es que el uso del lenguaje es resultado de la manera en que interactúan el sistema lingüístico y otras capacidades generales; esta articulación es específica, y está genéticamente predeterminada”. El modelo que presentan se centra en que la comunicación humana enciende dos mecanismos diferentes: la codificación/descodificación (“producción”) y la ostentación/inferencia (“interpretación de evidencias o pruebas”). En este contexto se sitúa la inferencia, “proceso por el cual se otorga validez a un supuesto sobre la base de la validez de otro supuesto”. Es necesario que el estímulo ostensivo tenga detrás una intención para su adecuada interpretación (aquí entran los estímulos de carácter no verbal). Se analiza el proceso de inferencia, fundamental para la teoría de la relevancia, ya que el objetivo central de ésta es “caracterizar las propiedades de los procesos inferenciales que intervienen en la interpretación de los enunciados”. La relevancia, idea de información que da lugar a efectos contextuales, “se configura no tanto como un concepto clasificatorio, sino más bien como un concepto comparativo: la relevancia no se juzga en términos absolutos, sino en términos relativos”. Se analiza el problema del contexto y su limitación dentro de la teoría. Según los autores el contexto lo elije el destinatario en cada momento. La relevancia tiene dos principios: 1º: La cognición humana está orientada hacia la maximización de la relevancia. 2º: Todo estímulo ostensivo transmite la presunción de su propia relevancia óptima. Este segundo principio tiene un procedimiento de interpretación. Hay que tener en cuenta que Sperber & Wilson piensan en todos los fenómenos ostensivos en general. La comunicación verbal se entiende como fenómenos ostensivos de carácter lingüístico. En los enunciados hay explicaturas e implicaturas, que vienen determinadas.

La teoría de la relevancia es interesante también por la oposición entre los elementos lingüísticos en función del tipo de contenidos que trasmiten: unidades que codifican conceptos y unidades que codifican instrucciones (elementos procedimentales). Por último, se puntualizan las críticas que se ha hecho a esta teoría, como siempre muy interesantes.

El último capítulo de este bloque no se dedica a ningún autor ni a ninguna teoría sino al estudio de la cortesía. Es muy interesante este capítulo porque es un tema que suele ser recurrente en la enseñanza de segundas lenguas, pero aquí se amplía a todo el sistema lingüístico (es decir, se analiza la cortesía en todas las expresiones de la comunicación y no solo el “tú/usted”). La cortesía de puede entender como norma social o estrategia conversacional. Se comentan el principio de cortesía de Leech (cortesía como principio regulador de la distancia social y su equilibrio) y el modelo de Brown & Levinson que incorporan la noción de la imagen pública.

En los siguientes capítulos se analizan algunos de los temas en los que la pragmática se ha fijado para intentar explicarlos. El capítulo nueve está dedicado a la conjunción ‘y’; el diez, a los enunciados interrogativos y el once a la metáfora (entendida en un sentido lingüístico y no solo literario). Estos capítulos son analíticos y muy interesantes porque confrontan el nuevo modelo de análisis pragmático a los anteriores. Desde el punto de vista de la enseñanza de segundas lenguas son temas a los que se les puede sacar partido. En el último capítulo de esta parte se analiza la relación entre pragmática y literatura.

Por último, el conocimiento pragmático (capítulo 13) es el más interesante. Relaciona pragmática y competencia y dominio comunicativo. Es sorprendente que se relacione la pragmática con las teorías chomskianas y no se comente en ningún momento a los teóricos de la sociolingüística y de la ASL, ya que lo que aquí se propone una visión de la pragmática y no de la adquisición-enseñanza de L2.
Finalmente, en el último capítulo (14) se relaciona la pragmática con la estructura de la teoría lingüística: relación con la gramática y la semántica, grado de abstracción y explicaciones pragmáticas son los subapartados de este tema.
En resumen, este es un manual que nos introduce en el mundo de la pragmática desde varios ángulos: en primer lugar, desde una perspectiva teórica; se pasa más adelante a analizar los estudios más importantes de la especialidad, para acabar relacionándola con otros aspectos del estudio del lenguaje. Desde el punto de vista de la enseñanza de L2 este libro es muy interesante primero porque no se debe excluir la idea de que la pragmática forma parte de la comprensión del sistema lingüístico que se pretende aprender/enseñar (es interesante el capítulo 13, explícito en la relación con la teoría de competencia comunicativa). También sobresalen los estudios de la conjunción ‘y’ los interrogativos, la cortesía, etc. Ya que son aspectos que llevamos en ocasiones a clase. Se puede sacar también partido para alguna posible tarea, actividad o unidad didáctica.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

las TIC y ELE

He aquí el inicio de una gran amistad.
En este espacio se pretende llevar a cabo un proceso de aprendizaje de las nuevas tecnologías aplicadas al mundo del Español como Lengua Extranjera.
Espero que sea fructífero.