viernes, 25 de septiembre de 2009

Masakra!!!

He tenido la gran suerte de tener una gran acompañante, traductora y guía durante estos dos primeros días de estancia en Lulbin, Agata Gołąb, gran profesora -seguro- y mejor persona -más seguro todavía.

Llegar a un lugar cuyo idioma se desconoce, si es para quedarse durante una temporada, conlleva ciertas dificultades lingüísticas evidentes, pero la persona de Ágata por lo visto tiene el empeño y la misión de ponerlo todo lo más fácil posible. Su amiga y compañera, Asia, nos acompañó durante mis primeras horas en la ciudad disfrutando de una tarde más que apacible. Fueron dos guías, sobre todo culturales de excepción.

Una tarde con una cantidad de información tanto lingüística como cultural imposible de abarcar y, sobre todo, de recordar, dada mi mala memoria. Ahora bien, no sé por qué, siempre suelo acordarme de aspectos de lo más variopintos y, ciertamente, inútiles en primeros estadios de aprendizaje, aunque me da la sensación de que es común y frecuente en tales situaciones. Ejemplo de ello es la expresión que sirve como entrada a este post y que me ha resultado más que curiosa: Masakra.

Todos sabemos cuál es su significado en español; en polaco viene a ser el mismo -literal-; sin embargo, su uso, muy extendido, resulta cuanto menos curioso.

La perplejidad asoma en el momento en que te comentan que esta expresión se utiliza a todas horas por una amplia mayoría de hablantes de polaco y que sería algo similar al Déu n'hi do catalán, es decir, una expresión de sorpresa, de asombro, de lástima... pero siempre con un valor de importancia, como aumentando el valor del turno de habla o secuencia discursiva anterior (por favor, corríjanme si me equivoco).

La estupefacción empieza en el momento en que nos ponemos a mirar hacia atrás en la historia de Polonia y observamos tantas desgracias (no hace falta ser explícitos...). ¿Cómo puede ser que se utilice esta palabra tanto y, además, de esta manera? Bien, para los especialistas, si lo quieren explicar.

hay algo más que sorprende en esta expresión, algo que tiene que ver con la adquisición. ya apuntaba antes un atisbo de esta idea. ¿Cuáles son los factores que determinan que me acuerde de este vocablo y de no, por ejemplo, cómo se dice 'cuervo', que por cierto hay y muchos? dos razones me vienen a la cabeza: la proximidad con la L1 (conocimientos previos del aprendiente) y la curiosidad, la extrañeza, el hecho de que, eso, me resulta curioso...

A todo ello hay que sumarle la predilección por comentar su uso que tienen mis dos acompañantes del día de ayer, por lo que no he tenido más remedio que escribir este pequeño comentario.

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