miércoles, 25 de marzo de 2009

Dos joyas

Mi sobrina es una fuente inagotable de sorpresas.

Ayer por la tarde, mientras hacía una pausa para estirar las piernas, paseaba por donde mi hermana tiene su ordenador. A esto que se acerca mi sobrina, de cuatro espléndidos años, y me pregunta "¿Qué haces?". Yo, con toda la inocencia del mundo le respondo "descansar cinco minutos; antes estaba leyendo y, ahora, voy a leer un rato más". Pues en ese momento, ella no sé que tensó, pues me dice: "pues vete a cansar". Increíble. Ella´conoce el significado del prefijo des-, que, aplicado a una acción, tiene un valor de "contrario" (armar-desarmar; hacer-deshacer, etc). Sin embargo, es un prefijo algo gramaticalizado, ya que, en algunos casos, no se puede encontrar en nuestro léxico antónimos base de los verbos construidos con des- (por ejemplo, despilfarrar). Con descansar, estamos en una situación a caballo: si hacemos en movimiento cansar --> descansar, la marca de oposición está clara; sin embargo, descansar --> el movimiento descansar --> cansar no podemos entenderlo, ya que el segundo valor necesariamente debe tener un sentido productivo o de actividad, por ejemplo, descansar --> trabajar. Mi sobrina, en cambio, no tiene adquiridos estos rasgos semánticos todavía por lo que solo se quedó con el valor estricto del prefijo y lo aplicó con una tranquilidad exuberante.

La segunda perla se produjo con anterioridad a la primera, pero ya sabemos que la memoria no es lineal y que el flujo de la escritura, en este blog, tampoco.

Justo al abrir la puerta, estando yo con mi hermana en la estancia, mi sobrina abre la puerta y nos sacude con un "quiero estar contigos". Me podéis catalogar de freak, pero los ojos se me abrieron como platos. Anteriormente, yo había tenido una discusión en casa sobre porqué los niños, a esta edad, siempre están diciendo "es mío..." y argumentaba que los pronombres de primera persona del singular son los primeros que se aprenden al establecerse la necesidad de crearse un rol social en primer lugar e identificarse como individuo en la sociedad. Ahora mi sobrina ya utiliza también los de la segunda persona, pero solo en singular, por lo que la pluralidad pronominal todavía no la tiene al alcance. Pues bien, para muestra un botón: al no tener todavía en su interlengua las formas de segunda persona del plural, pues pluralizó la del singular. Sencillamente fantástica esta creación de hipótesis.

¡Que se vayan al carajo los clásicos ejemplos de regularidad de los participios irregulares!

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