lunes, 10 de noviembre de 2008

Introducción a la pragmática

Mª Victoria Escandell

Introducción a la pragmática

Ariel lingüística, Barcelona, 2006


La profesora Escandell nos ofrece una visión crítica y amplia de lo que es la pragmática. En la presentación ya se hace patente la difícil definición del término, el cual abarca mucho más de lo que normalmente se entiende por pragmática, una rama de la lingüística en constante evolución y que ha producido una muy amplia bibliografía.

Son cuatro las partes que conforman este libro. En la primera, a modo de introducción, se presenta “una visión panorámica del terreno, una justificación de la importancia de los estudios pragmáticos y un primer acercamiento a los conceptos fundamentales”. Son los capítulos 1 y 2. El primero discute qué es la pragmática la relación que tiene con las otras ramas de la lingüística como la sintaxis. En el segundo, se describen los conceptos básicos (emisor, destinatario, enunciado, entorno…). También los componentes relacionales que subyacen en la comunicación entre emisor y destinatario y el significado semántico y su interpretación tienen un hueco aquí. Son aspectos que se deben tener en cuenta para poder después llegar a interpretar correctamente otros contenidos. Es una parte teórica muy interesante por ser una manera muy válida de entender el acto comunicativo.

La segunda parte, capítulos 3 a 8, “ofrece los hitos más importantes del desarrollo de la pragmática un los últimos treinta años”. Son cinco capítulos cada uno, menos el ocho, dedicado a una serie de autores que con sus teorías han desarrollado la pragmática. Austin, no un lingüista, sino que era filósofo del lenguaje, es la base de la disciplina. Revaloriza el lenguaje corriente cuando siempre había sido el lenguaje “culto” o escrito el que era material analizable. Se posiciona en contra de entender un mensaje como verdadero o falso, distingue entre oración y enunciado. Desarrolla la idea de la falacia descriptiva (el lenguaje no es solo descriptivo). Y a partir de aquí, desarrolla la teoría de los enunciados realizativos: oraciones declarativas, en primera persona del singular, que tiene sentido y no puede calificarse ni como verdadera ni como falsa. Se oponen a los enunciados contrastivos, que sí describen cosas. Los enunciados realizativos pueden ser, pero, inadecuados, por lo que Austin desarrolla la teoría de los infortunios. Sin embargo, la teoría de enunciados realizativos tiene algunos problemas: Austin elabora la tricotomía de acto locutivo (decir algo)/ilocutivo (acto que de realiza al decir algo)/perlocutivo (acto que se realiza por haber dicho algo) para romper la tendencia a interpretar todos los enunciados como realizativos.

El capítulo cuarto de dedica a Searle y su teoría de los actos de habla. El lenguaje son reglas, pero también actitudes. Estas son un “código interno” –otras reglas- no formales, principios reguladores del lenguaje, condiciones que deben darse en circunstancias de emisión para poder realizar con éxito un determinado tipo de acto. Fuerza ilocutiva y fuerza lingüística se relacionan en los actos de habla de manera regular y constante Según esto, no habría distinción entre semántica y pragmática. Para Searle un enunciado puede ser de tres tipos diferentes: acto de emisión, acto proposicional y acto ilocutivo y el significado de cualquier oración tendrá dos partes: indicador proposicional e indicador de fuerza ilocutiva. Todos estos conceptos se ejemplifican para aclarecerlos. Años después de que Searle expusiera sus teorías, éstas se adaptaron radicalmente en la hipótesis realizativa. Se identifica “la parte no proposicional del significado de la oración con el acto que el habla realiza al emitirla”. La “fuerza ilocutiva” se considera parte del significado profundo de la oración.

Por otro lado, el modelo de Searle distingue entre cuatro condiciones que gobiernan la adecuación de los enunciados. Condiciones de contenido proposicional, preparatorias, de sinceridad y esenciales. También hay que tener en cuenta el problema de los actos de habla indirectos.

Por último, destacar que es muy interesante que las críticas a la teoría tengan un apartado especial al final del capítulo.

El capítulo 5 está dedicado a Grice y el principio de cooperación. Este autor se centra en los principios que regulan la interpretación de los enunciados. Su modelo identifica y caracteriza “cuáles son los mecanismos que regulan el intercambio comunicativo y son los responsables de ese <>”. El principio de colaboración (Haga que su contribución a la conversación sea, en cada momento, la requerida por el propósito o la dirección del intercambio comunicativo en el que usted está involucrado) y las máximas (cantidad, cualidad, relación y modalidad) son sus teorías. Grice diferencia entre lo que se dice y lo que se comunica: las implicaturas. Hay implicaturas conversacionales y no conversacionales. A lo largo del capítulo se van analizando las diferentes implicaturas y las relaciones con el resto de la teoría (características, relaciones con las máximas y con el contexto).
Anscombre y Ducrot y la teoría de la argumentación ocupan el sexto capítulo. Esta teoría tiene que ver con “los principios que determinan la adecuación de los enunciados con respecto al contexto lingüístico en que aparecen”. Representa un enfoque interno y discursivo. En el discurso se encadenan enunciados, uno de estos encadenamientos es la argumentación (“dar razones a favor de una conclusión”). Hay dos tipos de argumentación: la lógica y la discursiva. Y también hay escalas argumentativas. Esta teoría se ejemplifica analiza con muchos ejemplos y es ligeramente complejo seguirla.

El capítulo siete es el de Sperber y Wilson y la teoría de la relevancia. “La idea básica de este modelo es que el uso del lenguaje es resultado de la manera en que interactúan el sistema lingüístico y otras capacidades generales; esta articulación es específica, y está genéticamente predeterminada”. El modelo que presentan se centra en que la comunicación humana enciende dos mecanismos diferentes: la codificación/descodificación (“producción”) y la ostentación/inferencia (“interpretación de evidencias o pruebas”). En este contexto se sitúa la inferencia, “proceso por el cual se otorga validez a un supuesto sobre la base de la validez de otro supuesto”. Es necesario que el estímulo ostensivo tenga detrás una intención para su adecuada interpretación (aquí entran los estímulos de carácter no verbal). Se analiza el proceso de inferencia, fundamental para la teoría de la relevancia, ya que el objetivo central de ésta es “caracterizar las propiedades de los procesos inferenciales que intervienen en la interpretación de los enunciados”. La relevancia, idea de información que da lugar a efectos contextuales, “se configura no tanto como un concepto clasificatorio, sino más bien como un concepto comparativo: la relevancia no se juzga en términos absolutos, sino en términos relativos”. Se analiza el problema del contexto y su limitación dentro de la teoría. Según los autores el contexto lo elije el destinatario en cada momento. La relevancia tiene dos principios: 1º: La cognición humana está orientada hacia la maximización de la relevancia. 2º: Todo estímulo ostensivo transmite la presunción de su propia relevancia óptima. Este segundo principio tiene un procedimiento de interpretación. Hay que tener en cuenta que Sperber & Wilson piensan en todos los fenómenos ostensivos en general. La comunicación verbal se entiende como fenómenos ostensivos de carácter lingüístico. En los enunciados hay explicaturas e implicaturas, que vienen determinadas.

La teoría de la relevancia es interesante también por la oposición entre los elementos lingüísticos en función del tipo de contenidos que trasmiten: unidades que codifican conceptos y unidades que codifican instrucciones (elementos procedimentales). Por último, se puntualizan las críticas que se ha hecho a esta teoría, como siempre muy interesantes.

El último capítulo de este bloque no se dedica a ningún autor ni a ninguna teoría sino al estudio de la cortesía. Es muy interesante este capítulo porque es un tema que suele ser recurrente en la enseñanza de segundas lenguas, pero aquí se amplía a todo el sistema lingüístico (es decir, se analiza la cortesía en todas las expresiones de la comunicación y no solo el “tú/usted”). La cortesía de puede entender como norma social o estrategia conversacional. Se comentan el principio de cortesía de Leech (cortesía como principio regulador de la distancia social y su equilibrio) y el modelo de Brown & Levinson que incorporan la noción de la imagen pública.

En los siguientes capítulos se analizan algunos de los temas en los que la pragmática se ha fijado para intentar explicarlos. El capítulo nueve está dedicado a la conjunción ‘y’; el diez, a los enunciados interrogativos y el once a la metáfora (entendida en un sentido lingüístico y no solo literario). Estos capítulos son analíticos y muy interesantes porque confrontan el nuevo modelo de análisis pragmático a los anteriores. Desde el punto de vista de la enseñanza de segundas lenguas son temas a los que se les puede sacar partido. En el último capítulo de esta parte se analiza la relación entre pragmática y literatura.

Por último, el conocimiento pragmático (capítulo 13) es el más interesante. Relaciona pragmática y competencia y dominio comunicativo. Es sorprendente que se relacione la pragmática con las teorías chomskianas y no se comente en ningún momento a los teóricos de la sociolingüística y de la ASL, ya que lo que aquí se propone una visión de la pragmática y no de la adquisición-enseñanza de L2.
Finalmente, en el último capítulo (14) se relaciona la pragmática con la estructura de la teoría lingüística: relación con la gramática y la semántica, grado de abstracción y explicaciones pragmáticas son los subapartados de este tema.
En resumen, este es un manual que nos introduce en el mundo de la pragmática desde varios ángulos: en primer lugar, desde una perspectiva teórica; se pasa más adelante a analizar los estudios más importantes de la especialidad, para acabar relacionándola con otros aspectos del estudio del lenguaje. Desde el punto de vista de la enseñanza de L2 este libro es muy interesante primero porque no se debe excluir la idea de que la pragmática forma parte de la comprensión del sistema lingüístico que se pretende aprender/enseñar (es interesante el capítulo 13, explícito en la relación con la teoría de competencia comunicativa). También sobresalen los estudios de la conjunción ‘y’ los interrogativos, la cortesía, etc. Ya que son aspectos que llevamos en ocasiones a clase. Se puede sacar también partido para alguna posible tarea, actividad o unidad didáctica.

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