sábado, 15 de noviembre de 2008

Pedagogia del gest

Marta Castañer

Pedagogia del gest i missatge no verbal

Pagès editors, Lleida, 1996

Tesis doctoral de esta profesora de educación física y de danza, se sumerge en el mundo de la comunicación no verbal de forma muy académica y basando sus ideas en la bibliografía que aporta. Muy bien documentada, tal vez le haga falta un poco de “propiedad” de ideas en su trabajo, puesto que constantemente está citando a autores y parece que no haya ningún tipo de idea propia. Sin embargo es un gran trabajo para conocer y entender la comunicación no verbal bajo el paraguas de la pedagogía. Además, contiene una magnífica introducción donde se analizan conceptos básicos como son los que rodean a la semiótica y la semiología.

El primer capítulo está dedicado a la dimensión comunicativa de la gestualidad humana a partir de su concepción sistémica. Cómo nos comunicamos: Informamos, interactuamos y comunicamos. Establece una diferenciación entre comunicación analógica y comunicación digital: la primera es aquella en que hay una absoluta similitud entre la cosa a la que nos referimos i la manera –gesto, actitud, movimiento- como la representamos. La segunda es aquel tipo de comunicación típicamente verbal. La dimensión comunicativa de la gestualidad humana se puede dividir en tres tipos de dimensión: la introyectiva: que se da a partir de las capacidades de reflexión, autoconocimiento y autovaloración (reconocimiento del propio cuerpo); la extensiva: que se relaciona con la capacidad de manipular los objetos y el material que nos rodea (situación y interacción con el medio que le rodea del cuerpo), y la proyectiva: que nos da la capacidad de comunicación, de creación y de la posibilidad de expresar esta creación. Es un cuerpo adjetivado. El sistema inteligente humano se caracteriza dimensión evolutiva, ontogénica –evolución de nacimiento a muerte- y filogenética –cúmulo de evoluciones ontogenéticas (¿?) o acumulación de experiencias-. Todo esto se enmarca dentro de un desarrollo cognoscitivo en forma de espiral en el que intervienen por este orden: la sensación, la percepción, la cognición y el movimiento, para provocar otra vez una sensación. Corresponde a lo que Piaget denomina “crecimiento del intelecto”. Por otro lado, también existe la dimensión adaptativa, que está implícita en el macrosistema evolutivo. Los procesos de asimilación y adaptación intervienen en las acciones humanas, como es la gestualidad. Piaget se centra en los conceptos de acción, esquema, asimilación y acomodación. Martínez también considera la dimensión codificativa como la capacidad de procesar información.

El segundo capítulo profundiza en el concepto de cuerpo como vehículo de expresión. El cuerpo es una experiencia sensorial y perceptiva individual que se va constituyendo en objeto de elaboración y transmisión cultural (relación entre experiencia sensorial y intelecto socio-cultural). De aquí surge el concepto de técnicas del cuerpo, en una triple ordenación: biológica, psicológica y social determinantes en los hábitos del individuo. El cuerpo es imagen personal y social del individuo (que a la vez no deja de ser un concepto). Su conocimiento debe ser reconocido por el propio sujeto, que tiene significación gracias a la experiencia y la vivencia del propio cuerpo. La adjetivación del propio cuerpo se produce por la necesidad del niño en ponerlo en juego a partir del lenguaje de los otros (modelos de conducta), con lo que se llega al simbolismo y las funciones cognoscitivas. Aquí debemos tener en cuenta los elementos que configuran la dimensión socio-comunicativa del ser humano (véase figura en la página 49 del libro y su consiguiente explicación): imaginación en la intersección entre el mundo exterior y el interior. La expresión fruto de la combinación ente el mundo interior y el exterior del individuo. Así, se considera la expresión como el resultado visible de la actividad consciente que conjuga el mundo exterior con el interior.

El cuerpo es agente, autor y actor de la conducta. Es presente siempre, y en esta escena, debemos adoptar una identidad o rol determinado: identidades personal, social e ideal que cada uno tiene interiorizadas. La expresión, el gesto, por lo tanto, está motivado por nuestra conducta socio-afectiva, se convierte en un lenguaje corporal arbitrario, una manifestación de la cultura. Así, y según Morris, podemos distinguir entre acciones (movimientos corporales como nadar, caminar…) y gestos: incidentales (sin una clara intencionalidad comunicativa) e intencionales (explícitamente comunicativos). En este tema en cuestión hay muchos trabajos realizados, los más importantes de éstos están comentados aquí. Si de momento se ha comentado el gesto según su cualidad de manifestación de un comportamiento filogenético humano (es decir, propio y arbitrario), ahora nos introducimos en la gestualidad en su dimensión sociocultural. Existe una marcada diferenciación idiomática intercultural. Sin embargo, en la manifestación de las emociones hay una cierta convencionalidad intercultural. Los gestos son el movimiento que más se identifica con el habla verbal, hasta el punto de ser imprescindible. Es interesante observar la evolución que hace el niño en cuanto a la cantidad de gestos que efectúa en función de la edad. Además, el gesto es un traductor de emociones. La mano es la parte del cuerpo que más utilizamos, la más importante. Tiene tres funciones: instrumental, expresiva y relacional. La profesora Castañer también hace especial mención al mimetismo, importante puesto que, en lo que nos atañe, el educando imita al educador.

La tercera parte está dedicada a aproximarnos a algunas aportaciones de orden semiótico para después desarrollar más elementos de análisis del comportamiento cinésico-gestual, entendido como material lingüístico de comunicación. Entramos en la cuestión del discurso docente. El lenguaje gestual se puede entender como un sistema semiótico. Para ello se analiza el concepto básico de la semiología: el signo. El cuadro que aparece resume lo que Eco entiende por signos, entre los que se encuentran los signos de tipo no verbal. Castañer nos argumenta qué características tiene el lenguaje gestual desde el punto de vista de la comunicación, qué relación tiene con la cultura y qué función simbólica desarrolla. El discurso es expresivo y de naturaleza sistémica. Después de introducirnos en el discurso docente, se analizan la acción, el gesto y el currículum como diferentes aspectos susceptibles para un análisis semiótico. Es interesante la reseña de las tesis de diferentes estudiosos que aporta. Por último analiza el currículum en su proceso hacia el acto didáctico como una cuestión de estilo.

El cuarto capítulo nos introduce de lleno en el estudio del comportamiento cinésico dentro del microámbito del estudio del comportamiento no verbal. Es en este capítulo donde se analiza en profundidad el mensaje no verbal, del uso de lo no verbal; las características de la percepción sensorial (véase la reproducción del cuadro de Poyatos en la página 120) a partir de los diferentes canales. Se analiza el sistema de comunicación interpersonal, cinésica, proxémica y cronémica son los tres conceptos más importantes que se analizan en profundidad.

El quinto capítulo analiza la figura del educador como fuente de emisión del discurso pedagógico. Con una breve referencia a las aportaciones más interesantes de algunos estudios relacionados con el tema.

El epílogo final incita a que el educador tenga mucho más en cuenta todos los aspectos de la comunicación no verbal en el momento de ejecutar su trabajo.

Pedagogia del text pretende ser un libro de carácter cientificista. Al ser una tesis doctoral su estilo es muy particular. El lenguaje es muy técnico, es el utilizado por los teóricos en los que se basa. Se necesita una lectura atenta para seguir la explicación. Ésta es densa, porque, para llegar a donde quiere, necesita analizar muchos aspectos de difícil asimilación. Una de las virtudes del trabajo es la buena lectura que la autora hace de la bibliografía y le da un orden difícil de establecer a priori. La sistematización que hace de los contenidos, muy técnica, es clarividente, pero se debe estar atento para llegar a la comprensión si uno no está acostumbrado a esos conceptos. Es un libro para estudiar con calma, los conceptos sientan unas buenas bases para entender la comunicación no verbal, con referencias a los estudios más importantes.

Además, es una guía muy útil para desarrollar comportamientos efectivos en el aula, aunque no se refiera al aula de ELE. La parte que trata al educador tal vez sea muy escueta, sería más importante realizar un análisis más pormenorizado. En cambio, la parte en la que se sientan las bases teóricas es muy larga y densa y la segunda parte, que es el núcleo del estudio, queda, para mi gusto, un poco incompleta. Además, y como se ha dicho anteriormente, las referencias son constantes; esto tiene una lectura positiva y una negativa: nos da pie a poder tener una clara referencia bibliográfica, pero no aparece ninguna aportación personal de la autora.
Por último, matizar que esta obra es atractiva por observar con riguroso detenimiento cuáles son las bases en las que se fundamentan los estudios sobre comunicación no verbal.

2 comentarios:

Guillermo Gómez dijo...

Jaume,
Gracias por publicar estas reseñas. Son muy interesantes!!

cristina dijo...

Hola Jaume,

A mí también me ha parecido interesantísimo!